Brasil quiere atraer turistas peruanos con ofertas de negocios y descanso

El gigante sudamericano impulsa sus destinos paradisíacos no tan conocidos entre los visitantes de América Latina

Porto de Galinhas, un destino paradisíaco de Brasil. Foto: visitbrasil.com
Porto de Galinhas, un destino paradisíaco de Brasil. Foto: visitbrasil.com

Brasil quiere atraer a visitantes del resto de América, los peruanos entre ellos, como destino ideal para el turismo de placer y de negocios, y con ese propósito presenta una nueva oferta de destinos en la Vitrina Turística de Anato, la principal feria del sector en Colombia.

Así lo manifestó la coordinadora de Productos y Destinos del Instituto Brasileño de Turismo (Embratur), Leila Holsbach, quien en una entrevista con Efe destacó el crecimiento del número de turistas extranjeros a su país, que se acerca a los 7 millones anuales.

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"En 2018, el foco de Embratur en la promoción internacional está muy orientado a las Américas porque el 90% de los viajes internacionales ocurren entre destinos de corta distancia", explicó.

Holsbach añadió que en América, además de grandes emisores de turistas como Estados Unidos y Canadá, el gigante suramericano quiere atraer más visitantes de México, Colombia, Chile y Perú, además de vecinos más cercanos, como Argentina y Uruguay.

"Vamos a dar prioridad a ese conjunto de países y además vamos a trabajar con países de Europa que son emisores importantes para la composición de flujo internacional para Brasil, pero el principal foco este año es para las Américas por la proximidad que tenemos", afirmó.

Con ese propósito, Embratur presenta en la XXXVII Vitrina Turística de Anato, que comenzó ayer en Bogotá, una selección de destinos de negocios y descanso que va más allá del eje Río de Janeiro-Sao Paulo.

Uno de ellos es Ilhabela, un paradisiaco archipiélago en un mar de color azul profundo situado en el litoral del estado de Sao Paulo.

"Traemos a Anato a Ilhabela que es un destino de playa muy cercano a Sao Paulo (…) para que quien visita Brasil para negocios prolongue su estadía viajando por una carretera muy bonita", agregó.

"Estamos mostrando este año Porto de Galinhas, que es un destino que está a aproximadamente a 50 kilómetros de Recife", capital del estado de Pernambuco.
Según explicó, Porto de Galinhas "es una pequeña villa de sol y playa que tiene también una cultura bastante rica y una gastronomía interesante".

Algo similar se puede hacer si se viaja a Salvador, pues a una hora por carretera está Praia do Forte, "otro destino muy bien estructurado, con resorts grandes y una oferta de hospedaje bastante buena".

La representante de Embratur explicó que en esos destinos hay "una infraestructura de resorts con concepto diferenciado" pues debido a la oferta cultural del noreste, los turistas no pasan las 24 horas en el hotel, sino que pueden "disfrutar todo lo que ofrecen las comunidades" de la zona.

Con ofertas como esas, Brasil espera aumentar el número de visitantes extranjeros, que en 2017 alcanzó los 6.8 millones de personas, según datos preliminares del balance que será divulgado en abril próximo.

En opinión de Holsbach, la distancia que separa a Brasil de los países europeos y asiáticos que son grandes emisores de turistas y las pocas conexiones aéreas impiden un resultado mejor.

Por eso, "tenemos que trabajar mucho el mercado vecino, trabajar a América Latina, que creo que será el gran impulso de nuestros números", subrayó.

Esa percepción la ratifican las cifras que muestran que en 2016 el país de donde más turistas viajaron a Brasil fue Argentina, con 2,294,900 personas. Le siguieron Estados Unidos, con 570,350; Paraguay (316,714), Chile (311,813) y Uruguay (284,113).

Sobre el impacto que la creciente ola de violencia en Río de Janeiro puede tener en el turismo del exterior, Holsbach aseguró que son circunstancias que pueden ocurrir en cualquier ciudad grande que no está exenta de problemas como la delincuencia común, el tráfico de drogas o incluso el terrorismo.

"El Gobierno brasileño está muy empeñado en ofrecer más seguridad para la población brasileña y para los turistas que visitan el país. Sabemos que una ciudad es buena para el turista cuando es buena para el ciudadano común que vive en ella", manifestó. (EFE)

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