Año Nuevo Chino 2017: miles se preparan para recibir el Año del Gallo

Este sábado 28 de enero comienza la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo chino 2016 y la celebración durará hasta el 22 de febrero

La gente mira los fuegos artificiales en una calle en Pekín el 27 de febrero de 2017, la víspera del Año Nuevo Lunar.

Con las familias reunidas y los fuegos artificiales listos para ser lanzados, China ultima los preparativos para despedir al Año del Mono y dar la bienvenida al del Gallo, en la víspera del último día del calendario lunar.

El Año Nuevo es una época de reunión familiar en China, y esto implica que millones de personas vuelvan a sus ciudades de origen: las autoridades esperan que se produzcan casi 3.000 millones de viajes en el conocido como "Festival de la Primavera", el período de 40 días que arrancó el 13 de enero y terminará el 21 de febrero.

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Sin embargo, y pese a que una buena parte de los habitantes de las grandes ciudades se marche, no todos pueden. Lei Yueying, una joven de 22 años, no ha podido regresar a Hubei, su región de origen, para reunirse junto a su familia en la casa de sus abuelos.

"Mi madre y yo nos hemos tenido que quedar en Pekín este año", lamenta Lei, y explica a Efe que ambas han colocado dibujos en las ventanas representando un gallo de fuego (el signo del año que comenzará mañana) y una pegatina en la puerta con el carácter chino de la fortuna, "fu".

Estos días, sus abuelos están preparando unos pastelitos de arroz glutinoso llamados "nian gao", que en chino quiere decir "cada año más próspero".

Los que no han tenido la oportunidad de volver a casa por el Año Nuevo – y aquellos cuya familia es de Pekín – también pueden disfrutar del festival en la capital del gigante asiático. De hecho, las ferias y los desfiles cautivan a los pequineses en varias partes de la ciudad, entre las que destaca la del Templo de la Tierra.

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Este parque, llamado Ditan en chino, decorado con gran cantidad de lámparas de color rojo e imágenes del gallo, es hogar de una ceremonia en la que, vestidos con trajes tradicionales, un grupo de unos 100 hombres representan la ofrenda de incienso del emperador.

Nada queda al azar en el último ensayo antes de la gran ceremonia: tanto el actor principal, ataviado con la vestimenta imperial de color amarillo, como directores de coreografía cargados con megáfonos, que corrigen hasta el más mínimo movimiento de los jóvenes que hacen las veces de soldados de la corte o músicos.

Mientras que esta escenografía tiene lugar en el altar principal del Ditan, el resto del recinto está lleno de puestos como los que se podrían encontrar en cualquier feria occidental, con juegos y peluches para los niños y tenderetes ofreciendo té, boniatos asados o sopa de tripas con vinagre a los hambrientos.

En Pekín, no solo los templos registran más visitas en estas fechas, y hay establecimientos que hacen su particular agosto en pleno invierno, como es el caso de Daoxiaocun, una pastelería tradicional que ofrece aperitivos típicos de estas fechas como el "babaofan", un popular pudín dulce asociado a la buena suerte.

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Sin embargo, los que sí que han podido regresar de su diáspora particular disfrutan de algunas costumbres más locales, como es el caso de Ma Xuan, de 24 años y originaria de la región meridional de Guangxi, que vuelve desde la gran ciudad a la casa de su abuelo en el campo.

"Me gusta tirar petardos", indica a Efe Ma, a la que el Año Nuevo le sabe a "kaikouxiao", unas pequeñas bolas fritas de sésamo y huevo típicas de esta época festiva.

Entre las tradiciones más populares y simbólicas de este festival se encuentra la limpieza a fondo de la casa, que representa el deseo de deshacerse de las malas experiencias del pasado, así como despedir al año saliente y dar la bienvenida al entrante.

De todos modos, las reuniones familiares de Año Nuevo no siempre son felices para todos, y la presión familiar para que los jóvenes encuentren pareja ha provocado que en los últimos años estén proliferando portales en los que se ofrecen "novias de alquiler".

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Para evitar las críticas por no haber encontrado aún a su media naranja, estas jóvenes se ofrecen a pasar una semana entera con la familia del supuesto novio por precios que van desde los 500 hasta los 2.000 yuanes por noche, según el diario South China Morning Post.

Sea como sea, prácticamente todos los chinos están deseando que lleguen estas fechas en las que las reuniones familiares, los fuegos artificiales, el color rojo y la tradicional gala de la televisión central china hacen que, por un día, el país más poblado del mundo grite al unísono para desear que la buena fortuna sea la tónica dominante del año entrante. EFE

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