¿Qué hacer para tranquilizarte antes de dar un examen?

Los exámenes suelen generar diversas reacciones en el cuerpo humano

¿Qué hacer para tranquilizarte antes de dar un examen?

Los exámenes son un componente importante del proceso educativo y son necesarios para evaluar tus conocimientos y aprendizaje, pero resulta que a todos los estudiantes, los exámenes les generan un considerable y debilitante estrés

A pocos minutos de dar un examen, muchos se hacen las siguientes preguntas: ¿Habré estudiado los temas correctos? ¿Lo recordaré todo en el examen? ¿Y si me olvido de lo que estudié?

Para afrontar con éxito tus pruebas, te enseñamos tres herramientas que te servirán para reducir rápidamente cualquier estrés que se manifieste en tu cuerpo y así mantenerte tranquilo y confiado en tus habilidades.

Estas y otras herramientas las puedes encontrar en el libro ‘Cómo Triunfar en los Exámenes’ del Dr. Ben Bernstein de Editorial Sirio. 

La respiración

Antes de dar un examen observa tu respiración. Inspira de forma relajada, respira profundamente, inspira y espira con un ritmo constante.

Una respiración tranquila se centra en el abdomen, mas no en hinchar los pulmones y la parte superior del pecho, ya que respiramos así cuando tenemos miedo. El objetivo de la respiración abdominal es que, lenta y suavemente trabajes en tu respiración. Puede que al principio te sientas un poco extraño e incluso mareado por todo el oxígeno que entra y sale de tu organismo, sin embargo, después de un tiempo la respiración profunda y regular se siente natural.

 

La conexión a tierra

Mantenerse conectado a tierra tiene dos partes. Primero debes sentir cómo tu cuerpo se apoya en la silla y tus pies en el suelo. La combinación de la respiración y la conexión a tierra es muy potente y te ayuda a conectarte con tu cuerpo. También te tranquiliza y relaja, además de mantenerte presente.

 

Los sentidos

La tercera herramienta para tranquilizarte es utilizar los sentidos, siente el tacto de tu ropa y relaja los ojos. Los sentidos te conectan al mundo, te dicen lo que estás viendo, escuchando, saboreando, tocando u oliendo. A medida que te conectes con tu entorno a través de los sentidos, empezarás a notar el cuerpo más calmado. Serás más consciente de lo que te rodea.
 

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