Traficante de terrenos coordinaba sus crímenes desde prisión y tenía un infiltrado en la PNP

La policía dio un certero golpe a una organización criminal que dominaba el tráfico de terrenos y extorsiones en Ancón, Ventanilla y Puente Piedra

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La oscuridad de la noche fue el aliado perfecto, debían actuar con rapidez.  El objetivo era dar un certero golpe a una organización criminal que dominaba el tráfico de terrenos, la venta de droga, el sicariato y las extorsiones al norte de lima, y que incluso, tenía entre sus integrantes a policías en actividad.

Este certero golpe de la policía ha logrado desarticular a “Los Nuevos Sanguinarios", una organización criminal que a balazos dominaba una vasta zona de Santa Rosa, Ancón, Ventanilla y Puente Piedra. Una de esas balas el año pasado dejo un vacío enorme en la vida de Agapita Duran.

Juan tenía apenas 34 años. Era conocido como "El león del agua" por su habilidad en el nado. Había representado al Perú en diversas competencias en las que consiguió medallas de oro, plata y bronce.

Profam es una zona ubicada en el distrito de Santa Rosa y donde asesinaron a Juan para para despojarlo de su terreno.

Así es como "Los Nuevos Sanguinarios" mantenían el control del tráfico de terrenos en toda esa zona. Una banda cuyo cabecilla es conocido con el apelativo de "25". Su nombre es Carlos Martin Rojas Legua, estuvo preso durante 25 años por matar a una persona, salió libre, pero volvió a prisión hace solo seis meses por haber asesinado a otra persona en el año 2016. Esta vez fue la profesora Salome de la Cruz.

El cuerpo de la profesora fue hallado dos años después de su muerte. La habían enterrado con el fin de desaparecerla, pero no hay crimen perfecto. Hoy se sabe que fue Carlos Rojas Legua quien mató a la profesora para quedarse con su terreno.

Pero estar preso no fue impedimento para que alias “25” siga manejando su organización desde la comodidad de su celda en el pabellón 11 del penal Castro Castro. Este es Carlos Rojas o el "25" conversando desde un teléfono público del penal.

Es una conversación desde uno de los famosos telefonitos azules entre el interno Carlos Rojas Legua y su lugarteniente Oliver Cabellos Bustamante. La llamada fue interceptada el pasado 28 de abril.

Los nuevos sanguinarios también tenían infiltrada a la policía. La siguiente conversación fue registrada entre Carlos Rojas Legua, el cabecilla, y su íntimo amigo, el suboficial Segundo Apolonio Rondón Davalos, quien hasta esta semana trabajaba estratégicamente en la comisaria de Santa Rosa.

María Delgado, tiene 33 años, recorre este empinado camino a diario, lleva en sus brazos a su pequeña Danna Nicole de solo un año y medio, migro desde Chota hace cinco años en busca de un mejor futuro para sus seis hijos. Compró un terreno en las lomas de Ancón por seis mil soles y con mucho esfuerzo construyo esta casita.

Al igual que María, cientos de personas han migrado a esta zona de Ancón buscando una mejor vida, sin imaginar que caían en las redes de los "Los Nuevos Sanguinarios"

Esta semana y luego de tres años de investigación a cargo del tercer equipo de fiscales contra el crimen organizado de ventanilla, se logró golpear a todos estos delincuentes el primero en ser intervenido fue el cabecilla Carlos Rojas Legua, en su cómoda celda del pabellón 11 del penal Castro Castro.

Junto a este criminal, cayo también el resto de su organización. Un certero golpe a una organización criminal que había lotizado las lomas de Santa Rosa y Ancón ante la ausencia del Estado y la corrupción en los municipios.

“Los Nuevos Sanguinarios” ya están tras las rejas, pero María Delgado y sus hijos seguirán viviendo con esa terrible incertidumbre de saber que cualquier día puede perder el terreno que tanto esfuerzo le costó tener.

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