¿Quiénes son los responsables del asesinato del empresario cevichero en Chorrillos?

Para la Policía, existen indicios que el autor del crimen pertenecería al círculo cercano laboral de uno de los restaurantes más destacados de La Herradura

Foto y video: América Noticias

Así despedían a aquel hombre querido por los vecinos del emblemático balneario de La Herradura. Álvaro Espinoza Soto, conocido como don Nico se convirtió en una víctima más de la inseguridad que se vive en la capital

Unos sujetos ingresaron a su restaurante, le ataron las manos y lo torturaron violentamente hasta acabar con su vida. ¿Qué pasó aquella madrugada del 9 de mayo?, ¿quién o quiénes ingresaron al local de este empresario de 72 años, y por qué se habrían ensañado con él? 

Siempre alegre, risueño, amable, así era Gregorio Álvaro Espinoza Soto, un hombre noble, comprometido con sus vecinos y su trabajo. Padre de cuatro hijas y un abuelo que engreía mucho. Era dueño del restaurante turístico llamado 21 y dicen que don Nico era el más antiguo de la zona.

Desde hace más de 50 años trabajó en el boulevard de La Herradura en el distrito de Chorrillos, donde laboró también su papá. Fue mozo, luego se convirtió en dueño de esta cevichería que le daría muchas alegrías.

Su local acogió a artistas y cantantes como vemos en estas fotografías. Dicen que don Nico era fuerte como un roble, y defensor de todo aquello que amaba. Hace unos años fue entrevistado tras un informe de piques ilegales en la herradura, a lo que alzo su voz de protesta.

La escena fue espeluznante, uno de sus trabajadores llegó a las 10 de la mañana y encontró a don Nico sobre un sofá, tenía una bolsa en la cabeza, y estaba atada a su cuello, además moretones en las muñecas, indicativo de que había sido maniatado. El empresario vivía en el restaurante que para él reflejaba esa vida de lucha y alegrías. Dormía en el segundo piso de este local, hasta donde llegaron los asesinos.

Según los vecinos, cada segundo lunes de mayo, el boulevard está vacío, los empresarios de la zona organizan un campeonato deportivo, pero extrañamente Nico no asistió. Su ausencia causó extrañeza, pues solía apoyar, con gran entusiasmo, este tipo de eventos.

Por la noche todo estaba en silencio, Allí los delincuentes habrían aprovechado para ingresar al local y atacarlo. Según la policía, las puertas estaban semi abiertas, y no presentaban signos de violencia, por ello se presume que el asesino sería alguien de su entorno.

Las personas cercanas a don Nico señalan que el empresario se había prestado dinero de un grupo de colombianos prestamistas de la modalidad del gota a gota. Otra de las hipótesis es que este restaurante tenía a un ciudadano venezolano trabajando con ellos, pero quien fue separado del local y se fue amenazando a don Nico.

La División de Homicidios de la Dirincri viene investigando el caso y señala que, tras las evidencias encontradas, el empresario habría sido torturado por los delincuentes, presumiblemente para sacar las claves de sus tarjetas o de su teléfono y hacer transferencias.

Ellos sustrajeron un horno microondas, un balón de gas y el dinero del día. Además, en el piso se encontraron rastros de arena. La necropsia realizada a don Álvaro señala que falleció por un edema cerebral y pulmonar. Su cuerpo fue trasladado hasta su cevichería de La Herradura, donde todos lo recibieron entre aplausos, flores, y muestras de cariño.

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