Peruanos arriesgan sus vidas para escapar de la guerra en Medio Oriente

Con la muerte de Margit Schneider-Zimmerman, ya son tres los peruanos fallecidos en la guerra que enfrenta a Israel con Hamás en la Franja de Gaza

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Pequeñas chacras a su alrededor y el olor del mar que se disipa en la neblina. Hace que Imam Alatawma vuelva, en su imaginación, a su tierra. Por suerte, y por amor, ahora está en Pachacamac a miles de kilómetros de la Franja de Gaza.

Ese territorio de medio oriente que es el epicentro de una nueva guerra que conmociona al mundo. Un histórico conflicto en el medio oriente que ahora enfrenta a Israel y a el grupo terrorista Hamás que tiene el control de esta parte del territorio Palestino: La Franja de Gaza. Una zona ubicada al costado del mar mediterráneo, de tan solo 350km2 de superficie. Dividida en cinco pequeños distritos y separada de Israel por un muro de 70km de largo.

Ese es el lugar donde Imam Alatawma nació hace 47 años. Vivía cerca del centro de la ciudad de Gaza, en el barrio de Rimal ubicado a un kilómetro del mediterráneo. que ahora luce así: Destruido por los bombardeos de esta semana. Un conflicto que empezó cuando Imam tenía seis años.

Otro color que Imam Alatawma odia es el rojo. Solo lo acepta en las flores que están cerca de su casa en Pachacamac. Dice que le hace recordar la sangre que desde niña empezó a ver y oler en las calles de Rimal, donde esta semana, a solo dos kilómetros de ahí, el Hospital Al - Ahli se manchó de ese color que Imam odia. 

Fue una noche roja, por la sangrienta escena que dejó una explosión en un estacionamiento cerca al hospital.

El estallido ocasionó la muerte de civiles, sobre todo de niños que llegaron por decenas a los hospitales del centro de Gaza que empezaron a colapsar en capacidad y dolor.

Todo en medio de la impotencia de médicos que veían como la muerte les arrebataba esas cortas vidas y les dejaba, entre sus brazos, pequeños cuerpos inertes.

Al día siguiente, el mundo vio los rezagos de la explosión. Los cabecillas de Hamás y el Gobierno de Israel se acusaban entre sí. El primero aseguró que la explosión fue producto de un misil y que había dejado 500 muertos. Israel negó su participación y aseguró que el número real de fallecidos fue de 50 personas.

Las cosas nunca mejoraron. En el 2004 Imam Alatawma logró escapar de la Franja de Gaza cuando se enamoró, en medio de la guerra, de un peruano que trabajaba para la ONU. Quedó embarazada y luego de cuatro intentos fallidos logró huir, como ella dice, del infierno.

Imam logró salir por la zona de Rafah. Ubicada al sur de la Franja de Gaza. En la frontera con Egipto. Es a este lugar donde muchos palestinos se han desplazado luego que Israel empezará a bombardear la zona norte de la Franja donde aseguran se esconden los principales cabecillas de Hamás. Sin embargo, a pesar de la migración de los civiles, también hubo intercambio de misiles por el lado sur.

El bombardeo dejó edificios destruidos, personas enterradas, que aún conscientes, luchaban por su vida. Para otros la ayuda había llegado demasiado tarde.

El ejército israelí tiene una justificación para el ataque en Rafah, según cuenta el capitán Roni Kaplan, vocero oficial del ejército de Israel para la prensa internacional. Cuatro días después de ese bombardeo, ayer sábado, la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto se abrió, pero solo para dejar entrar a la Franja 20 camiones con ayuda humanitaria. Mientras decenas de camiones aún esperan ingresar y un igual número de personas de diferentes nacionalidades esperan que se abra un corredor humanitario para huir de la guerra. En ese grupo debería estar la pequeña ahijada de Imam Alatawma.

Imam no quiere ver las noticias, pero lo hace buscando a la pequeña Watam de seis años. De padre egipcio y madre palestina, fue a la Franja de Gaza, solo con su madre, para visitar a su abuela y quedó atrapada en medio de la guerra.

Jan Yunis es una ciudad ubicada a ocho kilómetros de la frontera con Egipto. Un lugar que los bombardeos dejaron muchos niños fallecidos, algunos tan pequeños como Watam. Imágenes desgarradoras que Imam mira porque desde hace un día no sabe nada de su ahijada. La última vez se escribió por WhatsApp con la abuela de la niña.

Pero los dos checks de WhatsApp, esta vez, no han traído buenas noticias.

A pesar de esta realidad, para el Gobierno peruano la niña Watam y su madre están a buen recaudo, así lo asegura el embajador de Perú en Egipto, José Betancourt, quien tiene la obligación de ayudar a los peruanos que quieren salir de la Franja de Gaza por Egipto.

Otra tarea aún más difícil que el Gobierno peruano tiene y que no resuelve. Es salvaguardar la vida de otra mujer nacida en el Perú. Una voz que hasta ahora no se ha escuchado.

Es la voz de Nehad Marwan. Una mujer de 48 años que nació en Chimbote, como no deja duda su partida de nacimiento. Es hija de inmigrantes palestinos en Perú. Creció en esta casa y estudió junto con sus primas en Chimbote. Las mismas que no entienden cómo no la pueden reconocer como peruana.

A pesar de estos hechos. La cancillería peruana se ha entrampado en un tema administrativo. Aseguran que el número de pasaporte que brindó la familia no coincide con los archivos en Reniec.

Esa entrevista se hizo el viernes y desde ese momento la familia no tiene ninguna novedad de parte del Gobierno Peruano. Tampoco tiene mucha novedad de su prima. Ella envió este video a sus familiares. Es el centro de Gaza, el lugar donde vive.

La última foto que envió fue esta donde aparece abrazada, con mirada preocupada junto a uno de sus tres hijos.

El último mensaje de texto que envió fue este: “Quiero ir al Perú”.

Para llegar al Perú, Nehad Marwan y su familia deberán caminar cerca de 40 kilómetros hasta la frontera con Egipto, pero no será sencillo en el camino pasarán primero por lugares como Deir al balah, que también fue bombardeada esta semana.

Con suerte caminarán algunas horas más hasta llegar más al sur hasta la comunidad de Al - Zahra donde los hospitales han colapsado debido a la cantidad de heridos.

Con un poco de esperanza llegará hasta Jan Yunis donde está la pequeña niña peruana Waltham junto a su madre y su abuela, quienes desde el día viernes no se comunican con Imam. En WhatsApp solo aparece un check y la angustia una vez más vuelve.

Las dos mujeres nacidas en el Perú tienen, por lo menos, una esperanza. Esa fe ya la perdió la familia de la peruana Margit Shnaider, quien fue secuestrada junto a su esposo, además de su hija, sus dos nietos y su yerno. Ocurrió el 7 de octubre, cuando el grupo terrorista Hamás entró a su casa en Israel, muy cerca de la frontera con la Franja de Gaza.

Ayer las autoridades peruanas, esas mismas que no pueden resolver una duda administrativa, informaron que se había encontrado el cuerpo de Margit Shnaider y el de su esposo. De su yerno, sus hijas y sus nietos, no se sabe nada

Con la muerte de Margit Shaider ya son tres los peruanos fallecidos en la Guerra del Medio Oriente. Pero aún hay fe, hay más compatriotas y descendientes de peruanos que luchan por sus vidas y que tienen a 33 millones de personas que los esperamos en casa.

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