Penal Sarita Colonia se organizó para enfrentar con medidas prácticas al COVID-19

El penal Sarita Colonia, en el Callao, también sufre los negativos efectos que ha generado la emergencia por el coronavirus en el sistema penitenciario en todo el país.

Los ambientes se han convertido en salas de hospitales improvisados donde los internos luchan por su vida. Lo que hasta hace un mes eran talleres hoy son cuartos para que los convalecientes no infecten al resto de reos.

Según información oficial, en Sarita Colonia ya se registraron 8 muertes por coronavirus. La penitenciaría alberga a 3700 personas cuando solo tiene capacidad para 500 internos.

Hasta el momento no se tiene un registro exacto de cuántos infectados hay, pero los presos no se han sublevado o han organizado algún motín de protesta gracias a una estrategia que podría ser replicada en otras cárceles.

El hacinamiento en el que habitan los presos obligó a separar a los más vulnerables y llevarlos a la escuela del INPE, frente del penal. Ancianos y enfermos crónicos permanecen en este lugar.

También hay un trabajador del INPE que falleció a causa de la enfermedad. El director del penal también está contagiado pero no ha abandonado el recinto. 

La clave para tener a la población carcelaria sin levantamientos es que se ha trabajado en conjunto con los presos un protocolo para detectar a personas con síntomas.

Se hacen intervenciones tempranas, se aisló a los vulnerables y se equipó una sala de radiografías y un concentrador de oxígeno que salvó ya la vida a varios.

Hay también un área destinada a atender a personas que tengan los primeros síntomas y este trabajo ya da resultados. No se esperan los resultados de la prueba sino que la anticipación es la clave para evitar mayor transmisibilidad y mantener la calma pese a las precariedades.

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