Mujer plástica: venezolana fue operada numerosas veces para ser una ‘Barbie’

Ella también usó un corsé por seis años para lograr una cintura de tan solo 20 centímetros.

Joven mujer tomo medidas extremas para conseguir, según afirma, el cuerpo perfecto. Video: América Televisión.

A la venezolana Aleira Avendaño le han dicho de todo, pero a ella no le importa. Lo único que le interesa es que las personas que están a su alrededor comenten para bien o para mal sobre ese exuberante cuerpo que ha logrado gracias al bisturí.

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La modelo de 25 años es una adicta a las cirugías. La imagen de su físico dio la vuelta al mundo después que ella decidiera por voluntad propia convertirse en una mujer voluptuosa de pies a cabeza, transformarse en una muñeca sexy para lucir orgullosa, no sólo los pechos y el trasero deseado, sino también la cintura soñada.

Después de pasar por el quirófano más de doce veces, la joven siente que ahora sí es bella. Su transformación se inició cuando ella tenía 19 años y para lograr esa cinturita de 20 centímetros, la modelo llevó puesto un corsé durante 23 horas al día, en los últimos seis años. Sólo se retiraba la apretada prenda para bañarse.

No le importó ni el calor, ni el dolor que le ocasionaba llevar una faja durante el día y la noche. En su mente, tenía una fotografía errónea del cuerpo perfecto y se obsesionó con alcanzar ese sueño. Sin duda una idea equivocada y lejana de la verdadera belleza.

Hoy su rostro es muy parecido a Scarlett Ortíz, una conocida y famosa actriz y ex reina de belleza venezolana. Pero ¿cómo empezó el radical cambio de Aleira?

En julio de 2010, la modelo era otra persona. La verdadera Aleira no tenía la nariz respingada, los labios gruesos, el busto voluptuoso, ni unas nalgas de infarto. Además su cintura era la de una mujer promedio. Pero su deseo por convertirse en un personaje famoso y querido como Scarlett Ortiz motivó su radical cambio.

Ya con unas tallas más de busto y nalgas, la chica venezolana se animó a participar en un casting. Pero aquel cuerpo aún no era suficiente.

Después de sus primeras dos cirugías, vendrían diez más hasta convertirse en esa voluptuosa mujer. Y la magia empezaría… su nuevo yo la colocaría en las portadas de las revistas del mundo, lograría ser la dueña de sensuales y  eróticos videos transmitidos en diferentes países. Era por fin querida y deseada.

Pero esa figura no será eterna. Mantener esos pechos y su diminuta cintura puede ocasionarle serios problemas. La obsesión de Aleira va más allá del raciocinio.

Cada vez son más hombres y mujeres que a temprana edad intentan con la ayuda del bisturí cambiar su verdadero yo para convertirlo en rostros y cuerpos plásticos como los de Aleira, Valeria o Justin. Lo que desconocen es que la verdadera belleza es imperfecta. 

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