Largas colas, desorden y demasiado tráfico caracterizan los viajes en el Bus Azul

Pasajeros y los propios choferes piden más unidades para este servicio.

Las peleas son una constante. El derecho a subir al ómnibus antes que cualquiera  se defiende  a golpes y gritos. Así inician el día miles de usuarios del Corredor Azul.

“No hay nadie quien vigile acá, nadie lleva el control esto es un desmadre”, reclama uno de los usuarios de este servicio.

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Lo primero es formar una larga fila cola que da la vuelta al parque. La espera dura mínimo 15 minutos. El bus sale presuroso pero solo avanza dos cuadras, pues el infernal tráfico detiene a la unidad.

Salir después de las  siete en punto de la mañana no garantiza llegar temprano a un destino. Por esta razón, los usuarios de la línea azul tienen que madrugar. Según los usuarios, y los propios choferes, más buses podrían mejorar el servicio.

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Estas personas pierden al día  por lo menos cuatro horas solo para movilizarse, un tiempo que  podría reducirse si tan solo hubiera un poco de orden.

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