Dos cooperativas denuncian a Rodolfo Orellana de apropiarse de sus terrenos

Los asociados de dos cooperativas presentaron nuevas denuncias en contra del empresario y abogado, Rodolfo Orellana, acusado anteriormente de liderar una organización dedicada al lavado de activos y al tráfico de terrenos. 

En Ventanilla en el Callao la gente que protesta, señala ser parte de una cooperativa llamada Coopemar que agrupa a ex trabajadores de civiles de la Marina de Guerra del Perú. 

Ellos señalan que tras cerrar las transacciones se enteraron que su asociación, creada para concretar el sueño de la casa propia, estaba en liquidación por una deuda de 800 mil dólares contraída 10 años antes con una constructora con la que habían firmado un contrato para hacer viviendas en esta zona.   

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Clara García es presidenta de la junta vecinal de Coopemar. Cuando fue al Poder Judicial se dio con la sorpresa que el 4to Juzgado Civil del Callao le había dado facultades concursales primero a la liquidadora Delta y luego a la liquidadora Consorcio Gerencial SAC, representada por Jorge Miguel Pérez Chávez, para que llevaran a un proceso liquidación a esta cooperativa. Según estos denunciantes, todo a espalda de ellos. 

Según las caras de la cooperativa, este predio se ha vendido en 300 mil dólares a unos ciudadanos chinos que nadie puede ubicar cuando la tasación estimada supera el millón 400 mil dólares. Mediante una acción judicial, la cooperativa logró retirar a la liquidadora  Consorcio General SAC del proceso. Sin embargo, ahora ha entrado a tallar otra liquidadora de nombre Nadal, representada por el ciudadano Nadal Arturo Rueda Manrique.    

Idéntica situación es la que señalan vivir los integrantes de la comunidad de ex trabajadores de la Compañía Peruana de Teléfonos, cuyo centro recreacional en Santa Clara ha sido vendido a terceros en un proceso de liquidación que ellos señalan es fraudulento.   

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La supuesta deuda se habría gestado en el 2003 por una compra que estos señores habrían realizado al adquirir un terreno en esta zona de Asia por un millón de dólares. Ellos sostienen que nunca adquirieron nada, pero lo cierto es que años después, aparece una deuda de 900 mil dólares que no habrían pagado por esta compra y, sin saberlo, entran a un proceso de liquidación, también liderado por Delta y Consorcio Gerencial SAC. 

Cuando se dieron cuenta, ya era muy tarde. El predio había sido vendido a Pedro Landa Niada, el personaje que se quiso hacer con el polideportivo de San Borja que Cuarto Poder denunció la semana pasada. Landa, de quien se dice sería testaferro de Orellana, lo habría vendido a terceros.