Denuncian a empresario por al menos US$ 4 millones en presuntas estafas

A Guillermo Mendoza le exigen la devolución del dinero que iba a ser utilizado en el rubro inmobiliario

Empresario acusado de estafa. Foto: captura de TV

Guillermo Mendoza Farfán, un inversionista del rubro inmobiliario en el Perú, es hoy el hombre más buscado por sus socios, personas de los círculos más exclusivos de Lima, quienes lo han denunciado ante el Ministerio Público por presunta estafa

A este ingeniero, que impresionaba a los clientes con sus lujosos autos y su imagen de empresario exitoso, le exigen la devolución de al menos cuatro millones de dólares, capitales que le entregaron a través de transacciones bancarias para que él, supuestamente, levantara edificios y oficinas en zonas residenciales de Lima donde, increíblemente, hasta hoy no hay ni un solo ladrillo nuevo.

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Lágrimas, desesperación y bancarrota es lo único que ha quedado en quienes creyeron haber hecho el negocio de sus vidas, sobre todo ahora que, en plena realización de este reportaje, Guillermo Mendoza Farfán, según su récord migratorio, decidió salir del país rumbo a Estados Unidos.  

Según las investigaciones de la Fiscalía, el negocio que proponía Guillermo Mendoza Farfán, quien era apoderado y gerente general de dos empresas inmobiliarias, era captar el dinero de personas naturales para luego invertir los capitales en el rubro de la construcción. 

Así, si los clientes estaban interesados en el negocio inmobiliario abonaban su dinero para que sea trabajado durante dos años y, a cambio, recibían una rentabilidad de hasta 18% anual en sus cuentas bancarias.

Para tal fin, los potenciales inversionistas, que celebraban negocios en los restaurantes más elegantes de Lima, suscribían contratos con las empresas constructoras GMC Desarrollos y con EQUUS, las cuales se comprometían a depositar los intereses puntualmente. 

Guillermo Mendoza Farfán, y sus socios, no solo plasmaban sus firmas en los contratos de mutuo, sino que también como garantía, si es que el negocio fallaba, respaldaban las operaciones con supuestas letras de cambio o con compromisos de entrega de inmuebles por construir. 

De acuerdo a la denuncia presentada ante la Fiscalía, se ha detectado que los presuntos estafados, casi a ciegas, hicieron depósitos de sus capitales, ahorros de toda una vida, hasta en la cuenta personal de Guillermo Mendoza Farfán

Ese es el caso de María Lourdes León, quien totalmente confiada, le hizo un depósito de 60 mil dólares contantes y sonantes.

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Durante los dos primeros años de inversión, el negocio iba viento en popa. 
Los clientes recibían a tiempo sus intereses hasta setiembre del año pasado cuando, de pronto, el caño de la inversión se cerró.

La madre de María Franchini, una señora de 81 años, por ejemplo, invirtió con Guillermo Mendoza Farfán, 60 mil dólares de la venta de una casa. 

Aparentemente, ellas no tenían de qué desconfiar, pues, desde el 2015 hasta setiembre del 2016, recibieron cinco depósitos con el 11% de rentabilidad de su supuesta inversión inmobiliaria. 

Cuando la familia Franchini notó que el negocio soñado no iba bien por la demora en el pago de los intereses, quiso retirar su capital, pero ya era demasiado tarde: Guillermo Mendoza Farfán desapareció de escena. Ahora, la madre de Mary Franchini está enferma, totalmente quebrada.

El caso más dramático es quizá el de la familia Podestá del Águila que invirtió en los proyectos inmobiliarios de Guillermo Mendoza Farfán y sus socios, nada menos que casi medio millón de dólares. 

Las hijas de Ofelia, su madre y su hermano juntaron el dinero de la venta de una casa más los ingresos de una herencia adelantada para poder inyectar el importante capital en los proyectos inmobiliarios que promovía Guillermo Mendoza Farfán. De la impresión de haber perdido su capital, unos 150 mil dólares, al hermano de Ofelia le dio un derrame cerebral. 

¿Qué pasó con el negocio de Guillermo Mendoza Farfán? 

Según las indagaciones de la Policía, en el 2013, este empresario empezó a invertir en el rubro inmobiliario junto a otros socios que, en marzo del 2016, decidieron separarse. 
Entonces, Guillermo Mendoza Farfán adquirió el total de las acciones de nueve empresas constructoras, agrupadas en GMC Desarrollos, y, con ello, se hizo responsable de los activos y pasivos. 

En conversación fuera de cámaras con Cuarto Poder, los ex socios de Mendoza Farfán indicaron que ellos también lo han denunciado ante el Poder Judicial, pues según explicaron, les debe hasta hoy, más de un millón y medio de dólares por la venta de las acciones. 

Así las cosas, Guillermo Mendoza Farfán, de acuerdo a las indagaciones de la Policía, habría continuado por su cuenta y sin socios que lo respaldaran económicamente, con la captación de más capitales para la ejecución de proyectos inmobiliarios que, al final, no fueron ejecutados.

Se supone que el dinero de los inversionistas iba a ser inyectado en la construcción del proyecto San Antonio, ubicado en una exclusiva zona de Miraflores. Aquí solo hay terreno cercado donde deberían existir dos torres de cuatro pisos, 11 departamentos y 25 estacionamientos. 

Lo mismo sucede con este inmueble de la cuadra dos de la avenida República del Chile, a escasos metros del club Lawn Tenis. Ahí supuestamente se iba levantar un edificio de 7 pisos con oficinas, pero no hay nada. 

Desde el año pasado, los afectados han buscado a Guillermo Mendoza Farfán por todos los medios sin éxito alguno. Es más, Cuarto Poder también agotó la búsqueda. Fuimos hasta la casa del empresario en La Molina y, allí, lo único que encontramos fueron notificaciones judiciales de demandas en su contra.

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Los afectados pidieron a la Fiscalía que prohibiera la salida del país de Guillermo Mendoza Farfán, pero la solicitud fue rechazada. Este empresario, a quien buscamos para entrevistarlo, salió del país el 19 de noviembre último rumbo a Estados Unidos. 

Los socios y clientes de Guillermo Mendoza Farfán solo esperan resignados que él realmente regrese al Perú para que pueda explicar, de frente, qué hizo con los capitales que le confiaron. 

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