En Vivo

El sicariato en la era de la globalización

Declaraciones de ministro Urresti y presidente Humala tuvieron repercusiones políticas

 

Las últimas declaraciones de dos de las autoridades más importantes del país han puesto de vuelta y medio a la opinión pública. El que empezó todo fue el ministro del Interior, Daniel Urresti, quién el lunes afirmó que el sicariato es un problema que preocupa más a los delincuentes que a la población.

Cuando todos pensaban que el presidente Ollanta Humala le iba a enmendar la plana o por lo menos iba a intentar explicar coherentemente lo que acababa de decir su ministro, esta mañana el presidente declaró lo siguiente: "…esta práctica criminal, que viene ya de décadas atrás, producto de una se… de un fenómeno de globalización…"

Lo que aparentemente trató de decir el ministro Urresti es que los sicarios matan exclusivamente delincuentes y que eso no debe preocupar a la ciudadanía pues en último caso se están matando entre delincuentes. ¿O sea que debemos permitir que nuestras calles se conviertan en campos de batalla de las mafias organizadas?

Nada más falso que asegurar que los sicarios sólo asesinan delincuentes. La empresaria Miriam Fefer, el fotógrafo Luis Choy o la dirigente de Polvos Azules que sufrió un atentado no tenían vínculos conocidos con el crimen organizado. El sicario cobra por asesinar sin importar a quién va a ejecutar o a quienes va a dejar heridos durante su ataque. El sicariato es un delito que está estrechamente relacionado a otros.

El presidente Ollanta Humala dijo también que el problema del sicariato no es nuevo, sino que “tiene décadas”. Fernando Rospigliosi afirma que esto es falso,  él asegura que hace décadas no existía este fenómeno y  que en realidad recién tiene como tal 6 ó 7 años. Lo más preocupante para Rospigliosi es que el gobierno no tienen idea de cómo combatirlo. Por su parte, Carlos Basombrío, analista político expresa que es alarmante que el presidente y el ministro hagan declaraciones que denotarían que no saben lo que están haciendo.

Pero esta no es la primera vez que el gobierno intenta explicar la violencia que se vive en las calles o  justificar su ineficacia en el combate contra la criminalidad. El año pasado, el entonces ministro del interior Wilfredo Pedraza dijo que se trataba de un problema de percepción y  poco después, el ex premier Juan Jiménez afirmó que en realidad era un problema de histeria colectiva.

En ese contexto, las últimas declaraciones del ministro y del presidente siguen una misma línea argumentativa: culpar a otros factores del problema de la inseguridad ciudadana. Primero atribuyeron el problema de la inseguridad ciudadana a una percepción de la población. Luego dijeron que se trataba de una especie de histeria colectiva con tendencia a la exageración. Ayer, el actual ministro del interior afirmó que el sicariato es un problema que debe preocupar a los delincuentes. Y hoy el presidente declaró que este delito es producto de la globalización. Lo único que no ha dicho el gobierno hasta ahora es cómo va a combatir la delincuencia durante el tiempo que les queda en el poder.

 

Notas relacionadas